lunes, 15 de junio de 2009

Peñiscola

Historia y antiguedad
La ciudad se sitúa en una península rocosa, en origen unida a tierra solamente por un istmo de arena, que hacía fácil su defensa y, que en tiempos antiguos, una semana al año se inundaba y el istmo quedaba sepultado bajo el agua del mar. Actualmente, debido a la construcción del puerto y de los edificios en el istmo, este curioso hecho ha desaparecido. Sobre la peña se levanta su casco viejo, del que sobresale el castillo del Papa Luna, dividiendo la costa de Peñíscola en dos mitades absolutamente diferentes. Dispone de amplias playas tanto al norte como al sur de la península del castillo y cuenta también con lugares para practicar submarinismo, destacando Torre Badum, lugar en el que emergen del fondo del mar numerosos manantiales de agua dulce.

Peñíscola, colonia griega y romana, será importante puerto a través del que entrarán productos manufacturados (cerámica, telas, armas, etc) que los colonizadores intercambiarán por el preciado vino y aceite de oliva de los íberos que poblaban las sierras del litoral.
Serán los romanos, quienes al traducir el nombre griego de la ciudad al latín (al decir de prestigiosos filólogos, en la forma vulgar paene + insula, «casi + isla») darán origen al topónimo actual de Peñíscola.

Edad Media
Desde el año 718 en que Tarik concluye la conquista hasta 1233, la ciudad de Peñíscola vive bajo dominio musulmán. Se conocen escasos detalles de esta época. Los geógrafos árabes aluden a Peñíscola (a la que llamarán Banáskula o Baniskula por adaptación del topónimo a su alfabeto) como castillo inexpugnable junto al mar, que está poblado, tiene alquerías, cultivos, abundancia de agua e importantes salinas. Desde la fortaleza, que será frontera con la cristiandad, los moros piratean el litoral y realizan incursiones en la Corona de Aragón.
Peñíscola será cuna de personajes ilustres como el Rey Lobo 'Mohamed ben San, Aben Mardanis' (1124) que logrará mantener un reino moro en el sudeste español frente a los invasores africanos, y el literato Alí Albatá, que intervendrá en las negociaciones con el rey JaimeI.
Aunque ya lo había intentado en 1225 sitiándola durante dos meses, no será hasta 1233 cuando Jaime I tomará posesión de la ciudad de Peñíscola, recuperando también el dominio sobre el mar. Será una conquista pacífica. Tras la caída de Burriana que deja aislados los castillos árabes del norte, la ciudad se entregará sin lucha y bajo ciertos pactos que respeten las leyes y costumbres sarracenas.
El 28 de enero de 1251, sin embargo, don Jaime I de Aragón otorgará carta de población a la ciudad a fuero de Valencia, en virtud de la cual desposeerá los moros de todos sus bienes propiedades que entregará a los nuevos pobladores cristianos. Esta medida propiciará la consolidación demográfica y económica de la ciudad, iniciándose una etapa de prosperidad.Entre los años 1294 y 1307 fue construido el actual castillo Templario sobre los restos de la alcazaba árabe. Los promotores fueron frey Berenguer de Cardona, que era el Maestre de la Orden del Temple en Aragón y Cataluña y frey Arnaldo de Banyuls, que era el Comendador de Peñíscola. Los escudos de ambos se conservan esculpidos en piedra formando fajas heráldicas situadas por encima de la puerta de acceso al castillo y también sobre la puerta de la basílica.


El Cisma de Occidente
A caballo entre los silgos XIV y XV, el Cisma de Occidente marcaría la historia de la Iglesia con la presencia simultánea de dos Papas. Uno de ellos fue Pedro Martínez de Luna, más conocido como el Papa Luna. Sustituyó a Clemente VII como Papa de Aviñón con el nombre de Benedicto XIII, al tiempo que otro Papa se instalaba en Roma con la obediencia de ingleses, alemanes e italianos. Desautorizado, el Papa Luna se autoexilió a Peñíscola donde entraba el 21 de julio de 1411 asentando allí la sede pontificia y convirtiendo su castillo en palacio y biblioteca pontificia tanto para él como para su sucesor, Clemente VIII, el también aragonés Gil Sánchez Muñoz, segundo Papa de Peñíscola, el cual, tras la muerte de Benedicto XIII el 23 de mayo de 1423, fue elegido en Peñíscola por los partidarios del Papa Luna, gobernó entre 1424 y 1429. Su renuncia al cargo acabó con el Cisma de Occidente.
Tras el periodo pontificio Peñíscola regresa a la jurisdicción real, siendo una de las villas de realengo del Reino de Valencia, al igual que Morella, Burriana, Játiva, Alcira, etc.

Datos y Curiosides

La ciudad amurallada, en la cual se aprecia el castillo templario, se puede recorrer rápidamente, por lo tanto es conveniente hacerlo con pausa, apreciando cada detalle del lugar.
La entrada al castillo es barata, se ve claramente los vestigios templarios y posee una exposición sobre los templarios, para conocer bien la historia del castillo.
Sobre el paseo que bordea la playa de la ciudad, hay una placa puesta por el ministerio de gobierno, donde dice que cuando los templarios fueron exterminados por orden papal, ya que se veía con recelos la fuerza que estos estaban ganando. El famoso tesoro templario salió de Francia en una galera y llegó a Peñíscola, donde fue escondido en algún lugar de la montaña.



Fuente: wikipedia
 
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